Anthony Foster recibe la invitación de un caballero - amante de los caballos y hombre del Renacimiento - para rediseñar, ampliar, decorar y adquirir obras de arte para una villa concebida como ""refugio"", con un espíritu de serenidad contemplativa. Para Anthony, esta tarea supone una oportunidad para trabajar en absoluta libertad, para recrearse en un diálogo con la variedad linguística de nuestro tiempo, libre de toda restricción en lo que a periodos y géneros se refiere. El resultado es un ambiente estructurado, ecléctico a la vez que dinámico y fluido, que transmite sosiego mediante su refinada sobriedad, clásico en términos de simetría pero al mismo tiempo con un carácter desenfadado y lúcido. La mayoría de las obras de arte -estatuas y ánforas originales de la Grecia clásica, la Magna Grecia y la antigua Roma, pinturas de maestros italianos y europeos de los siglos XV y XVI, obras de grandes pintores modernos y extraordinarias alfombras orientales, entre otras muchas cosas- proceden de mercados de antigüedades europeos y americanos, de colecciones privadas y de casas de subastas. No obstante, gran parte del mobiliario y muchos de los accesorios son una muestra del Made in Italy: una producción diseñada especialmente que se inspira en una ilustre tradición artesanal y que se distingue por su perfección estética y por la calidad excepcional de los materiales, así como por la maestría que revelan los más mínimos detalles y los toques de acabado. Este lujoso volumen de gran formato, que refleja a la perfección el alcance y el gusto excepcionales de esta experiencia creativa, ha sido realizado, como el proyecto en sí mismo, con la máxima atención hacia la calidad desde todos los puntos de vista. El álbum fotográfico y el catálogo de arte, que incluye ensayos de destacados expertos, ofrecen en su conjunto una discreta interpretación del neoclasicismo moderno y se presentan como un testamento de la habilidad, el virtuosismo y la pasión de su autor.